Tuesday, October 04, 2005

14. La metáfora en el cine

¿POR QUE LA METAFORA?

Porque el cine como figura retórica, como puente de comunicaciones, antes que nada es eso, una metáfora. Una relación semiótica libre, una representación con sentido. El uso artificial del tiempo narrativo. Un juego de paralelismos. Sin límite. Como todos los signos. Una metáfora para ver y nombrar la realidad: el pensamiento.

La Nueva Metáfora.

Translación, elipsis: cambio de tiempo y lugar. Cambio de punto de vista, relación de subjetividades físicas.

Prosopopeya: lo humano visto y/o nombrado en otra parte, en otro sitio, fuera de lugar. (Fuera de tiempo.) Personificación. Figura, tropo que afecta el plano semántico. Una comparación. Un acto de apreciación poética, esencial.

Hacer aparecer lo símbolico y lo imaginario en lo real. Con-fundir-los, semblantear-los, pre-sentar-los y espaciar-los. Juntos.

El punto de conocimiento audiovisual donde discurso y figura se cruzan dentro de la experiencia cinemática, en la conciencia del cine, nuestra conciencia; deja pensar los contrarios como metáfora que desborda lo real.

Así, en general: metáfora...

Dos cosas/ideas diferentes vistas y nombradas en el mismo lugar y al mismo tiempo confundidas, como en el trabajo de sueño. Para hacer aparecer en la conciencia una tercera cosa crucial, porque deja cruzar sentidos y los conserva separados, con sentido, todo el tiempo. Metáfora. Cosa rara, han dicho los poetas.

Toda enunciación, toda composición de signos es metafórica.

En la función de la metáfora está la sustancia de la comunicación (personal, social y universal).

Cualquier cosa, cualquier signo que pasa(n) por nuestra(s) mente(s), nada más por ese paso se vuelven metáfora, entran en tal situación promiscua del sentido de las palabras, de las cosas. Al pasar por la mente. ¿Pasar? ¿De dónde a dónde? Las metáforas. Inquietud y fijeza relacionadas sin encontrar equilibrio, pendulando, basculando, tabulando.

Por eso el cine, considerado como metáfora, actúa como la metáfora de todas las metáforas: la imposible metáfora... Donde se cruza hasta la posibilidad de hacer y no hacer metáforas. El Silencio. La pura experiencia cinematográfica.

En el estudio de la metáfora del cine vemos por qué el cine resulta una profunda inquietud fija del pensamiento humano, una pregunta y una respuesta esenciales sobre el ser de la realidad permanente.

El nacimiento de los nuevos sentimientos. La nueva pasión, la otra pasión. Las diferencias con sentido.

Un espacio resistente al nihilismo, un espacio puesto en contra de las nadas del presente, puesto a funcionar entre la progresión de la metáfora y el cubrefuego de la imagen. El lugar donde se tocan ese espacio resistente y la institución, y se tocan como posibilidad, para venir a comunicar la ontología del presente, la crítica del (des)orden simbólico falogocéntrico.

Montaje cinemático significa metáfora, relacionar, humana, simbólica, comunicativamente. Acción simbólica contra el montaje técnico, contra la fábrica y el cronómetro.

La dinámica cinemática es sustancialmente metafórica; las esencias expresadas por las eras imaginarias. Pone en común dos mundos, los separa, diferencia y vuelve de nuevo uno. Traza paralelas, hace perspectiva(s).

La totalidad de la metáfora del cine (ver y nombrar, y volver a ver...) y las metáforas del cine son --en un plano barroco-- metáforas de la metáfora que es todo acto de pensar. Todo lo que no debemos olvidar. La totalidad de la creencia, de la fe, la infinita posibilidad, es decir, la resurrección. La metáfora vence a la muerte. Deshace las nadas, intensifica las texturas cósmicas, los ritmos, los niveles de vibración. Todo eso.

La metáfora del cine, las metáforas de la metáfora, La Metáfora, La Muerte. La Resurrección. Comunicarse, seguir girando a través de las comunicaciones. El poema, el poeta, la poesía.

¿Cómo se presentan las metáforas en el cine?

De inmediato, como icono. En tanto re-presentación del objeto fotografiado o marcado sobre el celuloide y la pantalla; ésta es la metáfora dinámica de la fotografía, su diferencia categórica, que, ojo, nunca es repetición de la realidad, sino elaboración simbólica, subjetiva e intersubjetivante, realización de la realidad, transformación artificial.

Paso invariable de lo fijo a lo móvil, activación, reactivación. El cine re-presenta el mundo y nuestras ideas sobre el mundo, y los manifiesta, además, en otro presente, afuera del presente cotidiano, en el margen del tiempo presente, tanto dentro del campo visual como del auditivo. El cine pensado como metáfora real de lo real vuelve más común lo que debe comunicarse entre los mortales: la necesidad de pensar más por cuenta propia lo social, el nudo crucial, el fundamento. La auténtica conciencia (que el inconsciente fálico, lógico, céntrico, positivo, impide ver y nombrar, o sea, estar ahí).

En la pantalla (de los ojos, de la mente) todo es metáfora, en todas direcciones. Sensación física de metáfora, intelección psíquica de metáfora, internalización verbal de metáfora.

Deviene evidente nuestro alejamiento de la unidad, la imposibilidad de pensar algo en efecto unívoco. Porque desconocemos por completo lo que sea la perfecta univocidad, porque de la univocidad, al ser mortales, sólo tenemos malentendidos. Vemos y nombramos lo uno en plural, nunca en unidad, sólo por cúmulos de fragmentos; cúmulos todo el tiempo de pedazos incompletos... tensos, entre lo que falta del pasado y lo que falta de futuro. Para entender la unidad suprema de la realidad tenemos que comunicarnos con mucho cuidado, pensar diferente, con más detalle, con más respeto.

Metáfora: corte en lo aparentemente lineal, desbarre. Expresión de que todo nos ocurre en y por partes. Moverse en otra dirección, sin seguir la línea de la energía, eso significa estar ahí, ser una identidad proyectada hacia la muerte singular, su propia muerte. Afuera de la línea mecánica ocurre la irradicación del discurso. Hacia adentro y hacia afuera, en el espesor del cine como relación de identidades. Las cosas que se ven y nombran en las películas (de la pantalla, de la mente) son metáforas de cosas reales y son realizaciones de cosas metafóricas puras.

Lo real del cine es una metáfora de lo real en y para sí. Un sitio real donde se re-presenta la realidad como idea. La realidad como trabajo del pensamiento. La Metáfora, quizá.

El objeto que se ve en el cine es una metáfora de objeto y un objeto de la metáfora, un índice de objeto, un apuntamiento de cosa. Su esencia radica en no ser el objeto en y para sí.

El medio debe ser "invisible", subterráneo, surreal. La figura en la pantalla siempre resulta ser una "segundidad", la marca de lo fotografiado por la cámara, la marca de lo presente en la tira de celuloide, un objeto similar, por proximidad, por contacto.

De principio sólo hay la traza de luz y sombra, la película en los ojos. El milagro eléctrico. Deícticos físicos del mundo fotografiado o dibujado sobre el celuloide (y ahora también a través de la cámara de video...).

Movimiento imaginario, otra vez en cualquier dirección.

Cosa. Idea. Espíritu.

Por otra parte, las metáforas se presentan en el cine como recurso de montaje, como relación puramente intelectual, unificación a través de partes; pero efecto del modelo de representación, es decir, resultante de lo visual y auditivo de la experiencia receptiva instituida, unidades fuertemente parcializadas de inmediato, muy difíciles de unificar en la conciencia. Así, hay metáforas al interior del plano y al exterior de éste, metáforas por la imagen visible y por la anámnesis de la edición, hay metáforas visuales y, ojo, hay metáforas auditivas, dentro y fuera de campo, etcétera. Montaje (interno, externo) significa metáfora, intervalo sobresignificante.

Metáforas y más metáforas. Que necesitan ser situadas, consideradas, leídas, interpretadas, descifradas. Para comunicar el hilo rojo del cine.

Y, en tercer lugar, dentro de la apreciación semiótica y hermenéutica, hay estilo, hay metáforas de autor, metáforas de género, intertextualidad (metafórica). Hay rasgos de personalidad intencionalmente metaforizante, metaforizaciones voluntarias, eso que se llama "mensajes".

Total, estamos en el sitio donde la metáfora muestra su fuerza: el significado de pensar. Des-borde de código(s). Espesura, espesor.

Junto con la metáfora viene, (como) por ley, "metáfora muerta": la metonimia. Una cosa parcial por otra cosa unitaria: la parte por el todo. El cine es también La Metonimia: una parte de partes que representa(n) al todo. Rasgo, huella, señal, signo, símbolo... continente de sí mismo; anti-signo.

Con fragmentos, por fragmentos, en fragmentos se expresa la unidad. Múltiples fragmentos, de distinta textura, de distinto estrato, de distinta magnitud.

Así, como en el sueño. En metáfora del sueño pero institucionalmente negando el sueño. Confundiendo el sueño. Revolviendo el sueño. Metiendo el sueño en el sueño, trabajando el sueño por sus partes, porque no hay otro modo de trabajar el sueño en tanto tal. No hay otro modo de explicar el sueño sin perderlo como sueño. Dicen.

El cine es metáfora porque a su modo "dice" el pensamiento que más deseamos, lo vuelve visible y legible. Deja ver lo que queremos. Nos da su forma como Forma del deseo, une la demanda parcial con el objeto total, aunque sea, lógico, de manera fetichista.

Re-presenta el presente, lo real, el sitio de la existencia, donde el presente no queda presente, presenta la idea de estar en el tiempo. Lo inexpresable en palabras.

Si todo pensamiento es una palabra, toda palabra es una metáfora, vemos y nombramos metáforas, el acto de ver una metáfora conecta físicamente con la misma sustancia metafórica del pensar, o sea, con el pensar en y para sí la vista, la mirada. La reflexión. Tensión permanente, intervalo entre el ojo cósmico y el ojo del culo en la presencia significante de los ojos para el edipo moderno (burgués), dispersión de significados, unidad abstracta, sin conciencia; pero, más importante, encuentro subterráneo con ese afuera de las palabras que representa la mirada en y para el pensamiento, el efecto real de los ojos en el acto de pensar. Cuando vemos y nombramos la metáfora del cine vemos y oimos, de lejos, porque así está, lejos, el ser del pensamiento, la razón: ver y nombrar en metáfora, alteridad. El estado de conciencia que emerge donde alcanzamos un mejor equilibrio metáforico entre la información de los ojos, ver, y la información de la(s) metáfora(s) de los ojos, mirada. Una forma de encarar la existencia personal, pensante, metafórica. Morir en cuerpo y alma. Porque participar de la recepción cinemática significa entrar en un estado físico y mental completamente nuevo. Un sueño nunca antes experimentado. Vemos la metáfora antes, después y distinta de las palabras, la metáfora del movimiento de las metáforas. Una novedad en la expresión.

La poesía es metáfora y la metáfora es "más que poesía", pues, de principio, no hay nada que se pueda pensar y entender afuera de la metáfora; de hecho, todo aparece como metáfora de sí. Prosa es metáfora corriente, sentido común metafórico. Teatro es metáfora de cuerpos. Periodismo, metáfora de historia. Todo es metáfora(s). Dios es metáfora. Metáfora la ley. Todo es signo para el pensamiento; alejamiento, reflejo, reflexión. "Negatividad". La distante unidad. Y el cine aparece como metáfora radicalmente nueva de todo. La metáfora eléctrica por excelencia (que se intensifica por medio del video). El sueño eléctrico. Esquizosemia figural.

Lo propio del cine consiste en hacer ver el movimiento de la metáfora. Expresionismo lírico. La fijeza en el cambio, el cambio de la fijeza. Desbarre. Ver el proceso de pensar y pensar el proceso de ver, pensar. Transmisión del sentido metafórico del existir poético como unidad de la conciencia. Comunicación sin límite. Trans-misión del reflejo. Reflejo del mensaje. Proceso. Cambio hacia la transparencia; dejar entrar la luz del pensar en y para sí. Sin duda.

Lenguaje del cine, retórica cinemática. Metáfora: discurso, figura. Ojos que ven, mirada. Ojos que ven mirar. Mirada que ve mirar con los ojos del pensamiento. Los ojos de la luz. Metáfora. Sin duda. Escisión, transmisión del sentido. Comunicar(se) auténtico. La justicia. Trabajo autoconsciente de apreciación cinematográfica, reflexión permanente sobre el concepto de la(s) película(s). Indice, algo que vuelve evidente el carácter sígnico de los signos, pues los manifiesta referentes del exterior: la realidad.

Conversar el cine. En este silencio superficial. Para llamar otras conversaciones, otras voces, después, en la espesura. Comentario(s), conversación creciente sobre el significado del cine. Recorrer los estratos de la metáfora, los múltiples planos significantes del cine. Su precio.

Porque así resulta que pensar quiere decir encontrar lo indicado en/por (los) signos; seguir la(s) señale(s) para encontrar, en esta vida, en este mundo, la razón de pensar con signos, el significado de significar. Identificar la relación ontológica existente entre el signo, el referente y la representación mental; la síntesis de las imágenes verbales y visuales, aquello, todavía indecible, que aparece como "la hendidura" en la psique... el doblez energético donde el símbolo del falo conecta su contrario y su contradicción para esfumarse y dejar pensar. Porque la máxima libertad posible es una metáfora del corte con que aparece el falo como marca libidinal en la memoria del Yo.

De ahí, la dificultad de escribir esa metáfora indescriptible.

Y entonces queremos que esto que sigue sea por ahora lo último en este capítulo sobre la metáfora, las metáforas y el cine...

De veras hay una separación insalvable entre el discurso, esta maquinaria, y la figura, la cosa visual del cine. También de veras todo lo organizan actualmente las palabras, no hay equilibrio, predomina el discurso, justo lo que este discurso desea enfriar con los modos de microanálisis semiótico y retórico de los códigos metafóricos básicos para apreciar el cine. Unicamente desde el interior del discurso cabe la posibilidad de pensar podemos desconstruir el carácter verbal que impide estar con palabras dentro de la figura cinemática. Por tanto, este dispositivo es y desea ser todo el tiempo perfectible, conversable. Extendible.

La metáfora del cine demanda pensar muchas veces la cosa del cine como disparador trascendental de metáforas. Hay que reflexionar la reflexión que implica ver la película; estar ahí durante la recepción. Hay que mirar la mirada que ve el cine, una mirada realmente doble: la de quien ve el cine y la del cine cuando ve a ése. Ver volver la mirada como memoria especial, figura, diferente.

Hay que comunicar la comunicación para los ojos, pensar cómo pensamos con los ojos. Todavía. Por ahora.