Tuesday, October 04, 2005

8. La secuencia

BASTA NADA MÁS CON QUE haya un plano para que exista la película y ocurra la experiencia cinemática, el mensaje del cinematógrafo, el sentido de su gráfica novedosa. La posibilidad de pensar el pensar desde del cine, en el silencio que "visiblemente" se trasmina por los márgenes del discurso.

Pero lo que debe ser considerado como figura específica de la comunicación cinemática, aquello que la identifica como radicalmente diferente a todas las figuras de comunicación anteriores, es el agrupamiento intencional de varios planos: el sintagma o secuencia de película. El material gráfico del cine, el montaje externo. Las relaciones de sentido entre planos, la edición de imágenes cinemáticas. El trabajo concreto de relatar con el cinematógrafo (siempre más allá del teatro, la novela y prácticamente toda la literatura).

De hecho, siguiendo el orden matemático, cualquier tipo de movimiento puede ser interpretado y explicado como una "secuencia". O sea, como un conjunto de cantidades u operaciones ordenadas de tal modo que cada una determina la siguiente. Por ahí debemos comenzar a pensar lo específico de la secuencia cinemática en tanto trabajo de montaje de planos donde cada uno determina al siguiente.

Una secuencia, para seguir ahora el puro impulso metafórico, constituye un en-ca-de-na-mien-to (visual/mental) de actos, una actuación con significancia: un movimiento, el movimiento sustancial del cine, la esencia esencial de la cinematografía, la verdad en comunicación del cine. Su definición técnica lo presenta precisamente como un conjunto de planos de película que se desarrollan con un propósito en una unidad de relato y de tiempo.

La dominante estructural en el modelo institucional de representación cinemática radica en cuidar que la secuencia concuerde con la estructura base de la realidad, el mundo existenciario. Una secuencia debe generar la sensación y el pensamiento de haber testimoniado, mediante la representación de algunas de sus partes, de un acto de vida concreto. Pero hay otras, muchas otras posibilidades de generar sentido por medio de secuencias cinemáticas.

En semiótica, sintagma es una combinatoria, en la cadena de signos, de dos, tres o varias unidades de sentido pertenecientes a la primera articulación, es decir una interrelación básica de unidades significativas. Una transmisión sintética de enunciados con sentido. La secuencia articula una estructura mental, produce un mensaje para la mirada receptora; hace pensar lo visto y oído como unidad de significado. Produce sintaxis cinemática, fabrica enunciados, combinaciones de signos con sentido intencional. Comunicación. Y así la secuencia de cine es lo que se conoce como un proceso semiótico. Una linearización del mensaje. Una actuación (performance) de lo cinemático en sí. La configuración y formación real de un relato.

La secuencia de película encadena antes que nada el sentido propio del tiempo cinemático, lo vuelve visible, espacializa la temporalidad humana, convirtiéndola en un acontecimiento simbólico de valor real, con grado cero de simbolización aparente, y de esta forma le da plusvalor semántico al trabajo de la mirada, y lo resuelve en la posibilidad de aumentar la conciencia personal mediante mayor transmisión de significancia apreciada.

Comprendemos el cine, esto es, le(s) damo(s) significado a la(s) película(s), porque activamos la razón cinemática y desciframos los encadenamientos de sentido que nos propone el montaje de los planos, la secuencia, la unión de distintos valores de y para la mirada cinemática receptora.
Las secuencias integran la manifestación trascendente del montaje externo, o sea, la clave de la comunicación cinemática: la cosa de la unidad en lo fragmentario. Las secuencias de cine proporcionan un fundamento objetivo para pensar en serio lo que (nos) comunica el mensaje (en y para sí) del cine, su precio cósmico, social y personal. Eso que convierte en películas a las películas... Una secuencia, un sintagma, una cadena, una interrelación, una imagen cinematográfica en y para sí. La trama racional, articulada de una semántica... El acontecimiento audiovisual análogo al acto singular de pensar, el fenómeno humano de interpretar y transformar la realidad, uniendo fragmentos, partes, planos de sentido.

De buscar más analogías, la secuencia cinemática equivale al "capítulo" en la novela, al "acto" en el teatro, y al "movimiento" en música. Si el plano es la unidad material del cine, la secuencia constituye --dialéctica, estructuralmente-- la unidad "ideal", porque hace pensar cinemáticamente; es una marca o rasgo de sentido cinematográfico, la síntesis viva de significante y significado cinemáticos. Es el sitio en que se articulan con sentido(s) la mimesis y la diégesis, el nudo de la hermeneuisis.

Dentro del modelo de representación institucional, en la secuencia todo se organiza para que predomine la diégesis (el cuento, la anécdota) y para que se olvide la presencia de la mimesis (maquinaria y maquinaciones del texto), o sea, todo se organiza para que domine la "ilusión" por encima de la "comunicación".

Un elemento clave para la integración de una secuencia lo expresa el "raccord" o forma de continuar una misma acción de uno a otro plano; la secuencia en continuidad manifiesta. Este efecto cinemático de secuencia puede conseguirse por medio de la continuación de la misma dirección de un movimiento físico, por medio de la dirección de las miradas de los actuantes, la temporalidad "visible", etcétera.

Pero el efecto contrario, la disconstinuidad entre planos, constituye, por dialéctica, una de las grandes novedades narrativas del cinematógrafo.

En las películas situadas dentro de lo que denominamos modelo institucional de representación cinemática, los elementos autónomos que integran las secuencias de película se distribuyen, encadenan o secuencializan según seis tipos básicos:

1. Escena. Cumple el ideal aristotélico de narración, tiene perfecta unidad de acción, tiempo y lugar. Se puede dar completa, perfectamente continua en el tiempo, o incompleta, con ligeras elipsis de tiempo.

2. Secuencia en sí. Es la unidad cinemática más "inédita" y "novedosa", pues separa al cine de la escena teatral. Constituye la unidad de significado más específicamente fílmica o cinematográfica, la base categórica para identificar y apreciar lo diferente de la forma-secuencia. Es la narración compleja (aunque diegéticamente unificada) que se desarrolla en varios lugares y en varios tiempos y que recurre para ello a la economía general de las elipsis (intensivas o extensivas).

3. Alternativa. Donde hay montaje paralelo o alternado; dos acciones, con o sin unidad general, que se expresan dentro de un átomo de relato. Predomina uno de tres tipos de criterio para organizar la alternancia como denotación temporal: 1) montaje alternativo puro, donde el significado de la alternancia está en la alternancia diegética (la de las acciones representadas); 2) montaje alternado, donde el significado de la alternancia está en la simultaneidad diegética; y 3) paralelo, donde las acciones conjugadas no tienen entre sí ninguna relación en lo tocante a la denotación temporal, y esta definición del sentido denotado abre la puerta a todos los "simbolismos". Los "sueños", "recuerdos" y saltos hacia atrás (flash-back) o hacia adelante (flash-forward y flash-ahead), son formas especiales de esta tercera clase.

4. Frecuentativa. Pone ante la vista lo que jamás podremos ver ocurrir, tal cual, en el teatro o la vida real: un proceso completo de agrupación cinematográfica, virtualmente un número indefinido de acciones particulares que sería imposible abarcar con la mirada no-cinematográfica; pero que el cine comprime hasta ofrecerlo en una forma casi unitaria. Es una sucesión apretada de imágenes repetitivas. 1) El significado frecuentativo pleno o completo engloba todas las imágenes en una gran sincronía, en cuyo interior deja de ser pertinente la vectorialidad del tiempo. 2) El semi-frecuentativo integra una serie de pequeñas sincronías, traduce una narración continua de evolución lenta. 3) El sintagma-seriado consiste en la sucesión de breves evocaciones de acontecimientos derivados de un mismo orden de realidades.

5. Descriptiva. Se opone a los cuatro tipos anteriores, porque en estos últimos la sucesión de las imágenes en la pantalla corresponde siempre a una forma de relación temporal en la diégesis, y en este tipo de secuencia la sucesión de las imágenes corresponde únicamente a series de co-existencias espaciales entre los hechos presentados. O sea, de principio, "no transcurre el tiempo". Es el único sintagma en que los encadenamientos temporales del significante no corresponden a ningún encadenamiento temporal del significado, sino a ordenamientos espaciales de este significado.

6. Plano autónomo o plano secuencia. Una secuencia resuelta dentro de un solo plano. El máximo de concentración del montaje, une lo interno con lo externo de la maquinaria narrativa hecha con planos de cine.

7. El juego de campo y contracampo, el cambio frontal de punto de vista que generalmente se utiliza para mostrar lo que un actuante mira, también puede ser considerado como una sub-secuencia o con-secuencia aparte. Determina en modo manifiesto los productos del modelo institucional. También así se pueden entender ciertos giros completos de la cámara en torno al objeto.

Hay que recalcarlo, la forma-secuencia integra, desde la especificidad del plano, la unidad de relato radicalmente cinemático. Una diferencia categórica del cine. Lo distingue de todas las otras formas de fabricar relato(s), y muy especialmente de las de carácter narrativo; marca lo propio de ver en el cine. Manifiesta la figura cinemática, el potencial del montaje.

Así vuelve a resultar sobredeterminante el resultado del "plano secuencia", lo que esta figura o tropo de cine expresa sobre la relación del cine (un tiempo artificial) con la existencia mortal real (el tiempo); muestra la "lógica" del tiempo, la "temporalidad" del tiempo.

Y una vez más, por seguir la espiral in-finita de las metáforas, la secuencia de película es la verdad del ente cinemático: la desocultación del ser.

Manifiesta un saber real y concreto de la belleza audiovisual, desoculta la verdad suprema de la seducción cinematográfica. La actualidad se convierte en la realidad. La realidad se convierte en la objetividad. La objetividad en vivencia.

La secuencia de cine muestra el cine como esencia límite del arte occidental, la transformación esencial de la verdad, el proceso de desocultamiento de la verdad: Dasein... estar ahí en y para el tiempo. Sobre la pantalla, en la película. La espacialización trascendente del tiempo, la metamorfosis que todo lo cambia con ritmos. Identidad y diferencia. Esas cosas, otras cosas; la secuencia de cine. Una unidad subjetiva de relato, de acuerdo a cierto sujeto modelar, sí, de carácter esencialmente patriarcal, autoritario, falogocéntrico. Que igual captura la atención de sujetos de diferente sexo y género, lo mismo que de edad y lo que sea.